viernes, 2 de julio de 2010

Capítulo 1: Condiciones Socioeconómicas de Costa Rica para 1950

Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Costa Rica dirigió sus esfuerzos a consolidar su economía y a representarse a sí misma como un país en capacidad de rendir ante los requerimientos que presentaba el mercado mundial.

Araya (1976; 8) asegura que «podemos señalar como una gran característica del período 1950-1970, la manifiesta tendencia de la economía costarricense a su crecimiento aunque no a su desarrollo.»Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Costa Rica dirigió sus esfuerzos a consolidar su economía y a representarse a sí misma como un país en capacidad de rendir ante los requerimientos que presentaba el mercado mundial.
Araya (1976; 8) asegura que «podemos señalar como una gran característica del período 1950-1970, la manifiesta tendencia de la economía costarricense a su crecimiento aunque no a su desarrollo.»
Se dirigieron los esfuerzos a superar los límites que su imagen de país agrícola y ganadero que data históricamente desde la época de la colonia y sustituirla por una práctica industrial, esto tanto para reducir importanciones como para eventualmente competir con sus productos dentro del mercado de compra y venta de artículos de manufactura industrial.Respecto a esto, el mismo autor (1976; 69) señala que influyó en esta tendencia a la diversificación económica la depresión económica de 1930 y el retiro masivo de inversión extranjera de los países latinoamericanos. Con este panorama, los gobiernos locales debían fortalecer el mercado interno y propiciar una menor dependencia de la economía agro-exportadora.Sin embargo, precisamente la falta de capital de extranjero que invierta en las incipientes industrias latinoamericanas limita el crecimiento de estas y continúa siendo entonces un dependiente y marginal del principal sector económico del país: el labrado de la tierra y la cría de ganado.
Dicha práctica económica se caracteriza por ser monopolizada por un sector específico de la población costarricense y no necesariamente cuentan con las mejores tierras de cultivo: «la mayoría de las tierras cultivables se encuentran en manos de un grupo reducido de propietarios y que a la inversa una cantidad apreciable de agricultores sólo posee una parte reducida de las tierras cultivables». (Araya, 1976;23). Se mantiene un régiemen de tenencia de tierra basado en el latifundio y el minifundio que claramente actúan en detrimento del sector.
El sector agrícola también se encontraba monopolizado por los mismos productos de siempre: café y banano.El aumento de los precios del café en 1949 incentivaron «una gran nueva tendencia a incrementar la producción». (Araya, 1976; 38).
El incremento en los precios durante 1949 y 1953 permitieron que el Estado adquiriera bienes no esenciales, planes de orden fiscal y superávits presupuestarios, es decir, que no existiera una capitalización de una época tan favorable económicamente.
El precio en el banano en contraposición, se mantiene estable. En todo caso, lo que aumenta progresivamente es la demanda. A pesar de esto, la United Fruit Company manejó en su totalidad la producción de la fruta a través de su filial, la Compañía Bananera de Costa Rica.
En este caso, las ganancias son absorbidas por la Compañía y no mucho queda en el país. Igualmente, la Compañía monopoliza la producción del tercer producto más fuerte de la economía agroexportadora: el cacao.La desnacionalización de la economía costarricense fue una de las causas que impulsaron al Estado a fortalecer el sector secundario de la economía a través del modelo de Sustitución de Importaciones.
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A partir de la implementación de políticas proteccionistas a los pioneros empresarios y la creación de entidades que fortalecieran el sector agropecuario y permitieran la diversificación de los productos de exportación (Salazar, 1980) se creó el Consejo Nacional de Producción durante el año 1949 que asumió la regulación de los precios agrícolas y más importante aún, la creación del Instituto Costarricense de Electricidad que permitió un aumento en la disponibilidad de la energía eléctrica para el futuro establecimiento de un sector económico terciario.



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Este sector sin embargo, no pertenecerá a manos costarricenses, sino que estará a merced de capital extranjero, principalmente Estados Unidos, quien revitalizado tras la Segunda Guerra Mundial, penetra masivamente en los mercados latinoamericanos a través de conglomerados y filiales (Araya,1976; 125).
Además el país estableció durante este período de tiempo una serie de empréstitos con Estados Unidos para seguir fortaleciendo su sector industrial: «(...) la década del 50, caracterizada por el predominio de empréstitos adquiridos con los bancos privados, generalmente norteamericanos (...)» «(...) este tipo de empréstitos se ha caracterizado por sus condiciones sumamente onerosas para el país, ya que en general los plazos fueron cortos y el tipo de interés bastante elevado, llegando en algunos casos al 9% (Araya,1976; 121).»
Los empréstitos jugaron un papel fundamental en el establecimiento de proyectos de energía eléctrica en el área de las telecomunicaciones, lo cual mantuvo a la industria incipiente dependiente del financiamiento de la empresa privada extranjera, dependencia que desembocó en un proceso de desnacionalización cuyas consecuencias devenienen hasta el día de hoy.

Fuentes Consultadas

Araya, C. (1976). Historia Económica de Costa Rica (1950-1970). San José, Costa Rica: Fernández-Arce.
Salazar , M. (1980). Las políticas reformistas en Costa Rica: 1940-1958. Tesis doctoral no publicada, Tulane University, Louisiana, Estados Unidos.

Ver este capítulo completo acá:
http://www.mediafire.com/file/edy1oyntzmn/PRIMER CAPITULO.doc

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